El cuerpo es una máquina, y dentro de esta máquina, tu metabolismo es lo que transforma la comida y la procesa para que puedas moverte.
Dicho en forma de ejemplo, el cuerpo sería el “coche”, la comida sería la “gasolina”, y el metabolismo sería el “motor”. Aquí te vamos a explicar cómo aumentar la “potencia” de nuestro “motor” para ir más rápido y así quemar grasa de forma acelerada.
Un té mañanero con un chorrito de limón
Tomar té verde en ayunas con unas gotas de zumo de limón puede acelerar los resultados para adelgazar el abdomen. Los antioxidantes de té verde pueden acelerar tu metabolismo y así quemar grasa de forma más rápida.
Desayuna todos los días
El desayuno incrementa la tasa metabólica en reposo según demuestra un reciente estudio de la Universidad de Bath.
Bebe mucha agua
Beber 3 litros de agua cada día ayuda a mantener una hidratación correcta y hará que mejores la absorción de nutrientes así como la oxidación de la grasa.
Ingiere más calorías en las comidas que en las cenas
Según diversos estudios, los individuos que ingerían la mayor parte de las calorías en la cena tenían el doble de posibilidades de padecer obesidad que los que las consumían a la hora de comer.
Haz una merienda ligera
Es mejor concentrar la ingesta de calorías en tres comidas, por lo que lo recomendable es consumir muy pocas calorías en el almuerzo y en la cena. Por lo que si quieres merendar, toma solo una pieza de fruta.
Actividad explosiva
Realiza entrenamientos con intervalos de alta intensidad (HIIT), El entrenamiento HIIT (entrenamiento a intervalos de alta intensidad) se define como la realización de sesiones cortas (de entre 4 y 20 minutos) con series de entre 20 segundos hasta 4 min de ejercicios HIIT (de intensidad alta, no máxima), intercalados con períodos de recuperación o intensidad baja.
Duerme lo suficiente: mínimo 8 horas
Para que tu cuerpo descanse es recomendable dormir 8 horas diarias. Si no duermes bien, todo el esfuerzo realizado podría no servir para nada. Numerosos estudios han demostrado que dormir poco puede alterar el metabolismo de la glucosa y afectar a las hormonas reguladoras, vitales ambas para un correcto funcionamiento del metabolismo.
